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El tratamiento para la hemofilia consiste en suministrar el factor coagulante que falta, así como una alimentación a base de vitaminas y calcio

El diagnóstico debe ser emitido por un médico hematólogo quien realiza la historia clínica, con los antecedentes de los padres del enfermo y se establece cuando se realizan los estudios de sangre correspondientes para identificar la falta del factor de coagulación VIII o IX.

Debe ser oportuno para evitar complicaciones severas y hasta la muerte por hemorragias, ya que se considera que 1 de cada 10,000 hombres padece esta enfermedad y no es tratado adecuadamente.

Es importante saber que hay otros trastornos que pueden ocasionar sangrados, por lo que deben ser descartados con los estudios de laboratorio, entre ellos están: problemas plaquetarios, trombocitopenia, algunas infecciones, anemia, leucemia y las deficiencias vitamínicas.

El tratamiento, debe ser inmediato y consiste en al administración del factor coagulante ausente en las primeras señales de sangrado. Es importante considerar que como el factor de coagulación se obtiene de varios donadores de sangre, aunque se trate de una sola transfusión, los hemofilicos enfrentan un alto riesgo de contraer hepatitis, SIDA y otras enfermedades de naturaleza sanguínea, por lo que la sangre donada debe ser certificada y muy bien analizada antes de su administración.

Por ello es importante que todos los hemolíticos sean vacunados contra la hepatitis en los tiempos establecidos por los programas de vacunación y de forma muy especial.

El factor faltante también puede conseguirse por laboratorio, la terapia de reemplazo del factor se debe hacer en el hogar o en hospital, siempre que se sepa cómo hacerlo para no provocar una nueva hemorragia.

Ya que todo sangrado puede convertirse en una situación crítica y emergente, el control de esta enfermedad debe estar a cargo de un profesional especializado en enfermedades de la sangre o sea un médico hematólogo.

En caso de presentar dolor e hinchazón en las articulaciones, se pueden administrar antiinflamatorios, aplicar compresas de hielo, que ayudan además a reducir el sangrado. El hidromasaje puede ayudar a reducir el dolor, pero no debe hacerse con agua caliente o tibia, ya que el calor favorece la hemorragia.

En la nutrición de los enfermos hemolíticos, no deben faltar alimentos y complementos que contengan calcio, niacina y vitaminas C y K, que ayudan en el proceso de coagulación.

Dado que este problema puede ocasionar discapacidad motora, es conveniente que un fisioterapeuta establezca un programa de ejercicios que ayude a mantener la capacidad total de movimientos.

Para prevenir los sangrados, se deben evitar los deportes y actividades de alto riesgo y es conveniente siempre utilizar casco y protectores acojinados en rodillas y codos al hacer alguna actividad deportiva.

Las personas con hemofilia NO deben tomar aspirinas, medicamentos antiinflamatorios no esteroides u otros medicamentos que interfieran en la coagulación sanguínea, ni permitir inyecciones musculares o intravenosas, todas deberán aplicarse subcutáneas, a menos que el médico decida otra cosa. Todo medicamento o complemento alimenticio, debe estar controlado y supervisado por su médico..

Deben acudir al dentista con frecuencia, para prevenir cualquier infección que implique el sangrado y avisar siempre que se padece la enfermedad, antes de cualquier tratamiento.

Es muy importante también aprender técnicas de emergencia o primeros auxilios para controlar el sangrado:
  1. Presione directa y fuertemente con la mano la zona de sangrado si el sitio es accesible.
  2. Aplique un vendaje elástico y compresa de hielo en la zona afectada.
  3. Si no cuenta con hielo, presione con la hoja de un cuchillo, (acostado), sobre la zona lastimada durante 5 minutos.
  4. Busque ayuda urgentemente y trasládese a un hospital para determinar la necesidad de una transfusión sanguínea.

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